martes, 6 de abril de 2010

MEDITACIÓN MISIONERA

Yo, Señor, joven misionero, instrumento tuyo, barro en manos del alfarero, caigo de rodillas con vos. Y como vos, me encomiendo al Padre, para poder seguir por este camino en el que me pusiste.
Te pido que cada día renueves mis fuerzas, mi entusiasmo, mis ganas de seguir y mis ganas de transmitir tu palabra. Quiero que los hombres sepan que la verdadera felicidad sólo se encuentra a tu lado. Es una felicidad tan profunda que a veces no se como explicarlo. Quiero que todos sientan lo que yo siento cuando te tengo cerca. Ayudame a ver tus ojos en los ojos de mis hermanos, a pasar por el lugar más oscuro y poder dejar tu luz.
Y tengo que pedirte perdón mi Señor, porque a veces soy débil y caigo. Me dejo llevar por las debilidades y caigo en las tentaciones. A veces es tan oscuro lo que me rodea que parece que no voy a poder penetrar en tanta oscuridad. Me veo tan pequeño en la inmensidad del mundo. Y cuando no se qué hacer, cuando mis fuerzas se agotan, cuando creo que ya no hay nada más que dar, aparece tu rostro ante mis ojos, y recupero las ganas que parecen perdidas. Quiero hacer todo para que te conozcan, pero no se por dónde empezar. Ayudame a no quedarme en el proyecto, ayudame a poder concretar lo que me propongo.
Dame la valentía de enfrentarme al mundo y de acordarme que vos estás conmigo. Con vos puedo todo, Señor. Enseñame a aceptar tu voluntad. Yo se que muchas veces lo que quiero no es lo mejor para mi, y me enojo con vos, te insisto para que me des cosas que no ayudan a mi santificación. Quiero aceptar tu voluntad porque se que vos querés lo mejor para mi.
Quiero que tu Iglesia crezca fuerte y santa. Guiame por el camino correcto para desde mi lugar de joven poder aportar lo que sea mejor para todos.
Quiero que mi comunidad crezca. Quiero que todos anuncien tu nombre con la alegría de saber que resucitaste. Dame fuerzas para perseverar en la misión que me encomendaste, para un día, poder decir al igual que San Pablo: “No soy yo el que vive, sino es Cristo quien vive en mi”, para que todos sientan que a donde estoy, al lado mío, está mi mejor amigo. Para que todos sepan que a dónde estoy, estás vos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario